“Las finanzas necesitan humanidad, y la humanidad necesita a las finanzas” *

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por Gadea de la Viuda Directora General ABANTE

 

Siempre quise ser periodista, me apasiona la actualidad y vivir informada pero el flow  profesional, como dicen ahora, me llevó a trabajar en el sector financiero, donde la actualidad cotiza en tiempo real y tiene sus propios relatos.

Decir que trabajas en la industria financiera no es que esté muy bien considerado. Antes de la crisis del 2008 a los que nos dedicamos simplificándolo mucho al asesoramiento financiero, se equiparaba nuestra actividad a una especie de capacidad adivinatoria muy traicionera: ante la pregunta frecuente de un amigo de recomiéndame una acción que vaya subir mucho en los próximos meses, cuando honradamente le contestabas “no tengo ni idea” corrías el riesgo de caer o en el saco de los no muy listos –pero ¿no te dedicas a esto? – o en el de los malos amigos –si lo sabe, que le cuesta decírmelo-.

Con la crisis del 2008 la imagen de nuestra profesión fue muy a peor. “The Big Shot” (La Gran Apuesta) ganadora de un Oscar, es la mejor película que a mi juicio se ha hecho sobre la crisis. Muestra con mucha ironía no exenta de dramatismo, la frivolidad del mundo financiero y las malas prácticas debidas en su gran mayoría a un sistema de incentivos totalmente desalineado entre el riesgo que asumían los banqueros por sus decisiones y las retribuciones que recibían. Michael Burry antiguo médico de Stanford reconvertido a gestor de Hedge Funds, predice la que se venía encima y saca el máximo provecho de su descubrimiento a pesar de que los grandes bancos le tomaban por loco o por estúpido y sus inversores en el fondo le amenazaban con retirarle todo el dinero. La escena en que la  modelo Margot Robbie tomando champagne en un jacuzzi explica que son las hipotecas basuras o en la que la actriz Selena Gómez y el propio Richard Thaler Premio Nobel de Economía 2017,  en una mesa de blackjack  revelan como funciona un CDO sintético, son el puro reflejo de esta frivolidad y de esa gran apuesta de “Wall Street versus Main Street”.

Los que lo vivimos las peores horas de la crisis financiera en tiempo real mirando las cotizaciones de forma casi obsesiva, tuvimos más de una vez y de dos la sensación qué el sistema tal y como lo conocíamos se iba por una tubería muy ancha y a gran velocidad. Con cierta lógica y mucha emocionalidad te cuestionas si desde una mesa en Madrid el tratar de ayudar a los inversores a gestionar su dinero tiene algún sentido.

Diez años después, la crisis en su vertiente financiera está superada y la economía mundial vive su mejor momento. Pero esta crisis ha dejado muchos otros efectos colaterales en lo político y en lo social, que sumado a la globalización y a la digitalización nos pone en un mundo con lógicas y realidades muy distintas generadoras de mucha incertidumbre, de cierta angustia vital y en el que la metáfora de que el dinero da seguridad, ya no es tal.

En esta nueva realidad en la que además la vida nos da el premio estadístico de vivir muchos más años de lo que imaginábamos, hace que necesitemos cada vez más un asesor financiero que nos ayude a acompasar las decisiones financieras a las distintas etapas de nuestro ciclo vital y a tener una relación sensata con el dinero. Además del reto intelectual que supone tratar de entender esta realidad tan compleja y no solo en su vertiente financiera para poder tomar buenas decisiones de inversión, es también muy reconfortante ver que tu profesión bien enfocada y entendida tiene un recorrido humano que va más allá del de la pura rentabilidad del dinero.

Os deseo a todas un gran e ilusionante año 2018.

PD    Soy de las últimas en incorporarme a esta estupenda iniciativa y, además del entusiasmo inigualable que nos contagia siempre Leticia, no puede haber mejor espíritu en todo.  Es una gran suerte y enhorabuena a todas.

*Mihir Desay -The Wisdom of Finance-