El otro día
por Julia Higueras, Directora de la Revista Anoche Tuve Un Sueño.
El otro día me preguntaron en clase -estoy cursando un MBA en una escuela de negocios- qué significaba para mí el departamento de Recursos Humanos. Fue un momento de reflexión sobre mi vida profesional y me di cuenta de que ‘Gestionar personas’, si se puede decir así, es lo que llevo haciendo toda mi vida. Empecé mi carrera como Periodista en una época en la que trabajar en un Medio de Comunicación era otra cosa, no era trabajar para una máquina de hacer dinero. Sí, debía ser rentable, claro, pero buscabas contar buenas historias, investigabas en busca de la verdad, eras objetivo, o al menos, si te dejaban, dabas las dos versiones de una misma historia. Ahora vivimos en la época de la posverdad. Esto es otra cosa.
Durante más de un lustro trabajé para una agencia internacional de noticias y reportajes, donde decidía qué temas de la actualidad merecían o no nuestra atención, era una gran inversión la que teníamos que hacer, a veces sin retorno y no hablo solo del tema económico… Tenía, por aquel entonces y con solo 29 años, a mas de 50 periodistas y fotoperiodistas a mi cargo, casi todos desplazados en conflictos internacionales; algunos de los destinos generaban un alto riesgo para sus vidas… Familias expectantes, novi@s que esperan, padres miedosos, amigos preocupados. Creo que el Periodismo que yo conocí -ahora ha cambiado un poco- era una profesión muy vocacional porque importaban mucho mas las historias que el dinero. La meta siempre era escribir un buen reportaje, hacer un magnífico trabajo de investigación, contar una buena historia y dar una buena cobertura de una noticia, en definitiva, dar lo mejor de ti a tus lectores, contarles, como testigo de excepción que eres, todo lo que ves a tu alrededor, siempre de manera objetiva y prudente. Por eso, era fácil gestionar a mi equipo, todos teníamos un objetivo común: contar lo que pasaba aun a costa de arriesgar la vida. ¿Cómo se puede motivar a un periodista para que dé lo mejor de sí mismo, se desplace a un lugar en conflicto como puede ser en este momento Siria o Afganistán, sin sentirte culpable ni responsable de lo que allí ocurra? Es muy difícil. Pero la vocación lo puede todo en ti, en el que se queda y en el que se va… Desgraciadamente, he perdido a dos compañeros mientras hacían su trabajo. Uno en Panamá – le mataron los americanos- y otro en Ruanda – en una reyerta tribal-. Y aquí tocó comunicar a las familias el terrible desenlace, hablar con otros Medios de Comunicación, organizar la repatriación, los papeles, intentar que se hiciera Justicia. Siempre he estado al lado de mis compañeros. Un jefe de redacción, un líder o un director de RRHH -porque en una agencia de noticias esa figura no existía- es alguien que siempre está preparado para dar la mano y para levantar los ánimos cuando están bajos. Es una persona que te mira con respeto y si hace falta también con admiración, que te empuja a cumplir tus objetivos que no son otros que dar lo mejor de ti mismo en cada momento porque se lo debes al Periodismo, esa profesión que un día fue algo grande…
Desde hace 8 años lidero junto a un equipo maravilloso de profesionales -unos son periodistas y otros no- una revista cultural que se llama Anoche tuve un Sueño, con la ilusión de rescatar la vocación de servicio público del Periodismo. Muchas de vosotras la conocéis ya… En ella he aprendido a entender balances, a gestionar mejor los recursos económicos, a hacer protocolos de cierre, a diseñar puestos y a definir mejor otros puestos que ya había pero que no estaban bien planteados. Sigo trabajando cada día por ayudar a que mis compañeros – algunos recién licenciados- saquen la mejor versión de ellos mismos, les enseño que la pasión por lo que hacen no debe tener ni fronteras físicas, psíquicas o idiomáticas, que el miedo es un freno a la vida y que los sueños están para cumplirlos…