Beatriz de Sajonia-Coburgo

Beatriz de Sajonia-Coburgo nació en 1884 en Eastwell Park, cerca de Londres. Era la hija pequeña del duque de Edimburgo y la gran duquesa rusa María Alexandrovna. Nieta por tanto de la Emperatriz Victoria y del zar Alejandro II, el “libertador de los siervos”. Hermana de la reina María de Rumanía, se convirtió en infanta española tras su matrimonio en 1909 con Alfonso de Orleáns, primogénito de la díscola infanta Eulalia. La celebración de su enlace se vio empañada por la confusión respecto a las autorizaciones del gobierno español al no haberse producido su conversión al catolicismo. Desde ese momento su figura se convirtió en foco de muchas disputas.

Tras años en una especie de exilio alemán, la pareja se estableció en la corte madrileña convirtiéndose en el pilar familiar más cercanos del rey Alfonso XIII y Victoria Eugenia, prima carnal de Bee, como cariñosamente se la conocía.

Fue una mujer culta, ingeniosa y con una enorme sensibilidad artística. Pintaba, tallaba madera y presentará muchas de sus obras en subastas benéficas en París con las que recaudar fondos para los exiliados rusos. Pero las rivalidades con determinados sectores cortesanos reacios a los cambios, la llevarán a ser objeto de calumnias en los entornos palaciegos madrileños. El matrimonio se vió forzado a abandonar España para regresar, en 1926 dispuestos a brillar en la Corte durante los años del Directorio Civil de Miguel Primo de Rivera. Pero de nuevo, las circunstancias políticas alterarán su destino.

Vivió el exilio de la II República y se mostró muy activa en el apoyo a la causa monárquica durante la Guerra Civil y el primer franquismo. Firme partidaria de la restauración de la monarquía en la figura de su sobrino, don Juan de Borbón, pasó las últimas décadas de su vida en Andalucía, en Sanlúcar de Barrameda, donde se la recuerda con cariño como “nuestra infanta” y donde creó la Casa de la Maternidad. Aquí falleció en 1966.