ENCUENTRO:
MARÍA DE MAEZTU: LA MAESTRA
FECHA Y HORA: 17 diciembre 2024 a las 19.30h
LUGAR: Salón de Actos del Instituto Cervantes
Entrando Calle Barquillo 4, Madrid
INTERVIENE:
Carmen Gurruchaga. Periodista
María de Maeztu nació en Vitoria, en 1881, y era la cuarta hija del matrimonio Maeztu Whitney. Su familia estaba formada por su madre, Juana Whitney, mujer de gran personalidad, su padre, Manuel de Maeztu, hombre con cierto aire aventurero, y sus cuatro hermanos: Ramiro, Ángela, Miguel, y Gustavo. El mayor de los hermanos, Ramiro logró pronta fama en los medios periodísticos de finales del siglo XIX y comienzos del XX; y María, que era la tercera, ha sido ignorada y ninguneada a lo largo de décadas como si su valor radicara en ser la hermana de Ramiro de Maeztu.
Sin embargo, fue pionera en la lucha por la educación de las mujeres en España, una labor que desarrolló durante toda su carrera como docente, desde que comenzó en una humilde escuela, ubicada en el barrio de Las Cortes de Bilbao, hasta su establecimiento en Madrid, donde trabajó incansablemente para que las jóvenes que acudían a estudiar a la capital pudieran tener la mejor formación universitaria posible.
La familia tenía un alto nivel de vida, pero también cultural. Hablaban varios idiomas y, tras la muerte accidental de su padre, la economía familiar empezó a torcerse. Abandonaron Vitoria y se trasladaron a Bilbao donde Juana Whitney fundó la “Academia Anglo-Francesa”, en la que estudiaron las hijas de Indalecio Prieto y las de otros izquierdistas de la capital vizcaína, ya que tenía cierto aire de escuela laica que gustaba a estos y disgustaba a los más conservadores. En esa academia comenzó María su labor profesional, hasta que se hizo con la escuela del barrio “chino” de Bilbao, que ella misma tuvo que adecentar. Rápidamente destacó por su capacidad de trabajo, pero también por sus ideas innovadoras en lo que a Educación se refería y fue invitada a dar conferencias en universidades españolas y extranjeras a lo largo de toda su vida. Una frase célebre de María de Maeztu es. “Es verdad el dicho antiguo de que la letra con sangre entra, pero no ha de ser con la del niño, sino con la del maestro”.
También fue becada por el Gobierno para ampliar sus estudios y visitar las escuelas que en ese momento tenían más fama y calidad educativa en Francia, Suiza (en Zurich estudió los trabajos de Pestalozzi, uno de sus ídolos), Alemania (donde realizó estudios de Filosofía) e Inglaterra.
Físicamente era menuda, rubia, de ojos azules”, ponía tanto énfasis al hablar y tenía tanto conocimiento de los asuntos de los que hablaba que lograba convencer a su interlocutor o si no, imponerse dialécticamente a él. Intelectuales de la época reconocieron y escribieron que era una mujer intelectualmente muy válida. En 1910 ya vive en Madrid y ese año, La Junta para la Ampliación de Estudios, fundó la Residencia de Estudiantes, lugar de encuentro de muchos de los más célebres personajes de aquellos años, tanto españoles (Ortega y Gasset, Santiago Ramón y Cajal…) como extranjeros (allí acudieron Einstein, Bergson, Paul Valery, Keynes, Wells, Chesterton, Joyce), y donde convivieron los que serían famosos con posterioridad (Dalí, Lorca, Buñuel, Severo Ochoa…). Fue un auténtico vivero intelectual y cultural de Madrid. Un centro cosmopolita y vanguardista. Ese mismo año, la Junta creó el Centro de Estudios Históricos donde trabajo María entre 1913 y 1915, año en el que fundó la Residencia de Señoritas que dirigió hasta el estallido de la Guerra Civil. La Residencia no era “ni un convento ni un college”, en palabras de la propia María de Maeztu, sino un lugar en el que las alumnas podían completar su formación académica y cultural con conferencias, cursos, etc. Por ella pasaron los intelectuales de más renombre de aquellos años. Maria Curie se alojó allí durante una estancia en Madrid, Ramiro de Maeztu, José Ortega y Gasset, Juan Ramón Jiménez, Eugenio Montes, Menéndez Pidal, Pedro Salinas, Victoria Ocampo, Gregorio Marañón y Federico García Lorca fueron asiduos. En la Residencia convivieron universitarias de distintas localidades españolas y fue, sin duda, su trabajo más querido, que ella misma definía como la obra de su vida. Victoria Kent también estuvo hospedada en la Residencia durante su periodo universitario. Al llegar la II República, sería una de las tres primeras parlamentarias españolas, junto con Margarita Nelken y Clara Campoamor.
Otro hito en la biografía de María de Maeztu fue la creación en 1926 del Lyceum Club femenino, al estilo de los que funcionaban en otros países occidentales, organizado y sostenido con las cuotas de las socias y el producto de una rifa. María fue nombrada presidenta, y en su Junta directiva estaban también: Isabel Oyarzábal de Palencia, Victoria Kent, Zenobia Camprubí, Helen Phipps (profesora del Instituto Internacional), Amalia Gulinizona y María Martos de Baeza. En el Lyceum no sólo se realizaban actividades culturales y educativas, sino también otras a favor de los derechos políticos y profesionales de las mujeres.
El Lyceum fue maltratado y vituperado por la mayor parte de la prensa y de la sociedad madrileña más conservadora, e incluso por el clero, hasta el punto de verse obligadas las socias a entablar un juicio por injurias que fue defendido por Victoria Kent y Matilde Huici.
la Junta de Ampliación de Estudios la envió como conferenciante a diversos países hispanoamericanos, fue profesora auxiliar de Pedagogía en la Sección de Pedagogía de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid (1932), y obtuvo la cátedra correspondiente el 27 de junio de 1936, cargo que no pudo ocupar por el estallido de la Guerra Civil y su obligado exilio a la Argentina.
Durante la Dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), fue designada miembro de la Asamblea Nacional, junto con otras 12 mujeres que destacaban por su posición social o por su carrera profesional. Su labor sirvió para que la mujer fuera aceptada por primera vez en un mundo de hombres, pero resultó ineficiente ya que no era un órgano representativo, ni tuvo labores legislativas, sino tan sólo cierto carácter consultivo.
Y finalmente está su trabajo como feminista comprometida: “Soy feminista; me avergonzaría de no serlo,porque creo que toda mujer que piensa debe sentir el deseo de colaborar, como persona, en la obra total de la cultura humana. Y esto es lo que para mí significa, en primer término, el feminismo; es, por un lado, el derecho que la mujer tiene a la demanda de trabajo cultural, y, por otro, el deber en que la sociedad se halla de otorgárselo…” Reclamó el derecho de la mujer a votar y destacó la paradoja que suponía el hecho de que la única persona que lo tuviera en una Residencia de universitarias fuese el portero analfabeto de la misma. Este feminismo que define María de Maeztu, de tipo educativo y jurídico, recuerda mucho el que, anteriormente, habían defendido Concepción Arenal (1820-1893), Rosalía de Castro (1837-1885) y Emilia Pardo Bazán
Con el inicio de la guerra civil (18 de julio de 1936), la detención (2 de agosto) y el fusilamiento de su hermano Ramiro en Madrid (29 de octubre) comenzó su “final desdichado”. Las autoridades republicanas le obligaron a dejar la dirección de la Residencia de Señoritas.
Se exilió como casi todos los intelectuales de la época y al terminar la contienda, no se le permitió retomar su trabajo anterior, por lo que siguió trabajando en Argentina. Regresó a España en 1945, con motivo del fallecimiento de su madre y, posteriormente y volvió en 1947 para impartir una conferencia, al inaugurarse la Cátedra “Ramiro de Maeztu” en la Universidad de Madrid en enero de ese año. Un mes más tarde falleció su hermano Gustavo.
El asesinato de su hermano la transformó políticamente, motivo por el que la izquierda no le perdonó “su periodo reaccionario” y la derecha receló siempre “de su asociación con los educadores liberales que inspiraron la Junta”. La Residencia se convirtió en el colegio mayor Santa y el denostado Lyceum Club fue confiscado y se trasformó en una sede del Club Medina de la Sección Femenina. Falleció repentinamente en 1948 en Argentina y sus restos fueron trasladados a Estella, donde reposan en el panteón familiar.
Nace en San Sebastián donde transcurre su infancia y adolescencia. Se traslada a estudiar a Madrid donde se licencia en Ciencias de la Información y en Técnico en Empresas y Actividades Turísticas. Regresa a San Sebastián donde siempre se ha dedicado al periodismo político y ha dirigido secciones en distintos periódicos como “Diario16” o “El Mundo”; programas en TV y la Agencia EFE en Brasil.
Tertuliana habitual en radio y en distintos programas de debate en TV, ha recibido a lo largo de su carrera distintos premios como Premio Periodistas sin Fronteras (1997), Premio Reporteros sin Fronteras-Fundación Francia a la Libertad de Expresión (2000), Premio especial micrófono de plata (2000), Premio Hellman/Hammett del Observatorio Mundial de Derechos Humanos, Premio de la Asociación Internacional de Mujeres en medios de Comunicación al Coraje Periodístico (USA), Premio Héroe del año de la revista Newsweek (2001), Premio 8 de Marzo, otorgado por la Comunidad de Madrid a toda una vida profesional luchando por la igualdad de la mujer(Todos ellos en 2001).
Asimismo ha sido Miembro del jurado de la UNESCO para el Premio Libertad de Prensa del Año 2001 a 2004. Ese jurado dio el premio a Anna Politkovskaya, asesinada en Moscú en 2006.
Es autora de una trilogía sobre ETA: “Los jefes de ETA”, “Los cómplices de ETA” y “El fin de ETA”; coautora de “El árbol y las nueces”, que describe la relación entre el PNV y ETA es asimismo autora de la novela “La Prueba”, que recibió el premio de novela que anualmente otorga el colegio de abogados. Acaba de publicar ¨La Maestra¨ junto a Mariló Montero.
Sufrió un atentado terrorista en su casa el 22 de diciembre del año 1997 cuando ETA puso una bomba, que explotó, en la puerta de entrada de su vivienda. Esto ocasionó que se trasladara a vivir a Madrid.