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Fox Maura, una familia de película

La catedrática y escritora Soledad Fox Maura está emparentada con algunos de los personajes más interesantes del siglo XX, como la Duquesa Roja o Jorge Semprún. En su libro ‘Españolas por descubrir. Semblanzas I’ sorprende con Constancia de la Mora, una republicana de la alta sociedad

Un retrato de Soledad Fox Maura.
Un retrato de Soledad Fox Maura.

“Los miembros de mi familia más interesantes eran precisamente de los que menos se hablaba”, me confiesa la catedrática de literatura comparada Soledad Fox Maura (Nueva York, 52 años). Se refiere a personajes como Isabel Álvarez de Toledo, popularmente conocida como la Duquesa Roja, o Constancia Connie de la Mora, una mujer de la alta sociedad española que tras la guerra civil se exilió en Estados Unidos y se convirtió en la jefa de la oficina de prensa extranjera de la República. El libro Españolas por descubrir. Semblanzas I, publicado por el Círculo de Orellana con Ediciones.com, recoge su vida y la de otras 12 mujeres españolas extraordinarias perfiladas por nueve escritores. “Ofrecía conferencias, recaudaba fondos y se codeaba con la élite estadounidense de la época. Desde Eleanor Roosevelt, entonces primera dama, hasta Ernest Hemingway, el escritor francés André Malraux o el fotógrafo Robert Capa”, enumera pronunciando los tres idiomas —inglés, francés, español—, como si fueran uno.

La vida de Connie, una niña bien que estudió en Cambridge y se divorció (¡sacrilegio!) con solo 26 años, era tan interesante y a contracorriente que en su familia —conservadora y convencional, descendientes del político Antonio Maura— se convirtió en tabú. Algo que solo hizo aumentar el interés de Soledad por ella. “En 1939 se publicó su biografía en Estados Unidos, In place of Splendor, y se convirtió en bestseller. Su vida era de película. De hecho en Hollywood compraron los derechos pero el proyecto se truncó porque estalló la II Guerra Mundial”. Connie de la Mora —de quien Soledad terminó escribiendo su propia biografía—, no ha sido el único pariente a contracorriente —y tabú— en la familia de esta intelectual.

Tras investigar la vida de Isabel Álvarez de Toledo —prima de su madre— el año pasado decidió publicar en España Mi cárcel, las memorias que la duquesa roja escribió en 1969 tras pasar ocho meses en prisión por desafiar a Franco y que en su día también se convirtieron en superventas en Estados Unidos: “Allí de nuevo la apodaron The red dutchess un nombre del que ella renegaba”.

Los familiares ilustres de Fox Maura no acaban ahí. También está emparentada con el director de cine Jaime Chávarri, y con el político y escritor Jorge Semprún, de quien en 2016 escribió la biografía Ida y Vuelta, la vida de Jorge Semprún. “Cuando lo conocí, en 2001, ya era un hombre mayor, pero seguía siendo guapísimo. Se movía en el mundo del cine francés. El actor Yves Montand era uno de sus mejores amigos”.

Libro 'Españolas por descubrir' publicado por el Círculo de Orellana.
Libro 'Españolas por descubrir' publicado por el Círculo de Orellana.

El profundo interés de Soledad por su peculiar familia materna lo heredó, como no podía ser de otra manera, de su madre, Marisol Maura. “Ha sido una pionera. La única de su clase que estudió una carrera. Viajó a Estados Unidos para escribir una tesis sobre Emily Dickinson y durante muchos años trabajó como profesora en un colegio privado”. De hecho allí nació Soledad, su única hija y a quien crio sola: “Cumplí mi primer año en un vuelo de Iberia rumbo a Madrid. Algo simbólico de lo que sería mi vida”, comenta la académica.

En efecto, Soledad ha vivido a caballo entre Nueva York, Boston y Madrid, una ciudad a la que su madre regresaba siempre que podía. “Aquí estaba su vida, su familia, sus amigos. Era miembro del patronato del colegio Estudio y enseñó allí durante dos años. Además, creó el primer intercambio de estudiantes entre España y Estados Unidos después de la transición, precisamente entre el Estudio y un centro de Boston”, cuenta con orgullo.

Aunque Soledad residió 15 años en Nueva York —la ciudad donde estudió la carrera e hizo el doctorado—, hoy vive en Massachusetts, donde trabaja como catedrática en Williams College: “Una universidad pequeña y privada”. Eso cuando no está en Madrid, como este otoño, disfrutando de sus calles abarrotadas: “Me encanta El Retiro, los menús del día estilo casero, los cines Renoir, la Filmoteca, los desayunos de bar”, enumera, ofreciendo algunos ejemplos de una lista tan larga como entusiasta.

No viaja sola, la acompaña su pareja, el escritor y cineasta estadounidense John J. Healy. Además de su amor por España —no se sabe a quién de los dos les gusta más nuestro país—, les une su amor por la literatura —él ha escrito El Samurái de Sevilla y su secuela, La hija del Samurái de Sevilla mientras que el año pasado ella publicó en Nueva York su primera novela, Madrid again—. Por no mencionar su pasión conjunta por el cine. De joven, Healy trabajó con Woody Allen y John Huston, y Fox Maura, lo hizo en Unifrance, una agencia que representaba la industria del cine francés y el festival de Cannes en el extranjero. “Todos los días aparecía alguien: Isabelle Adjani, Catherine Deneuve, Isabelle Huppert… Cuando veías un loden y un purito ahí estaba: el inconfundible Claude Chabrol”. Otra vida de película.

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